“Se están levantando nuestros ejércitos:” Sylvia Rivera y Marsha P. Johnson

Jun 28, 2023

Street Transvestites Action Revolutionaries, 1970 de Ellen Bedoz

Nota del equipo editorial: Esta es una traducción del artículo “Our Armies are Rising: Sylvia Rivera and Marsha P. Johnson“, puede encontrar la versión original aquí.

Nota de autor: por respeto a las formas en que las personas describían sus identidades en esa época, este artículo utiliza varios términos ya considerados arcaicos por la comunidad LGBTQ actual.

En el panteón de figuras en la historia de las luchas LGBTQ, pocas superan a Marsha P. Johnson y Sylvia Rivera. Veneradas por sus papeles protagónicos en el levantamiento de Stonewall de 1969 en la ciudad de Nueva York, estas dos mujeres trans de color y de clase trabajadora fueron activistas y revolucionarias de por vida. Creían que la única forma de escapar de la dura opresión homofóbica y transfóbica y la opresión de clase creada por la sociedad capitalista existía en destruirla y reemplazarla por el socialismo.

Mientras luchaban por sus vidas y medios de subsistencia, Marsha y Sylvia chocaron con la pared del sistema capitalista y la policía que lo defiende. Su impulso para ganar la aceptación de las personas transgénero, y especialmente de las personas trans de color, en las luchas de las personas trabajadoras y las naciones oprimidas las llevó hombro con hombro con sus compañeros revolucionarios en el Partido de las Pantera Negra y los Young Lords. Los Young Lords se unirían a su grupo de ayuda mutua: Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR). Hasta el final de sus vidas, Marsha y Sylvia nunca cedieron en su lucha por lograr la liberación de la clase trabajadora y las personas transgénero incluso cuando sus camaradas morían de SIDA, ocurrían asesinatos atroces y se enfrentaban a una sociedad intolerante que se negaba a reconocer su existencia, mucho menos abrazarles como seres humanos completos.

Como personas revolucionarias que han retomado su lucha hoy, podemos aprender de los ejemplos establecidos por Marsha y Sylvia como revolucionarias con principios, dedicadas y pacientes, y honrarlas manteniendo viva no solo una parte de su historia, sino la totalidad de sus vidas en la lucha. 

El levantamiento histórico que lanzó el movimiento de liberación gay

En la noche del 28 de junio de 1969, una redada policial en el Stonewall Inn, un bar gay en el barrio de Greenwich Village de Nueva York, se convirtió en un levantamiento de tres días contra la brutalidad policiaca, la homofobia y la transfobia cuando la clientela decidió que ya no iban a aguantar el abuso. La policía había extorsionado durante mucho tiempo a los clubes gay, uno de los pocos lugares en los que las personas LGBTQ podían sentirse seguras, por dinero de protección, pero Stonewall ya había pagado ese mes. Mientras las personas homosexuales y trans de la clase trabajadora se defendían con ladrillos, cócteles molotov, sus puños, e incluso un parquímetro arrancado, persiguieron al Departamento de la Policía de Nueva York por las calles y encontraron nuevas fuerzas para resistir colectivamente.

Muchas de las personas que lideraron ese alzamiento como Sylvia y Marsha, se convirtieron en líderes del nuevo movimiento por los derechos de los homosexuales que Stonewall había lanzado.

“Siempre sentimos que la policía era el verdadero enemigo”, le dijo Sylvia a la revolucionaria trans Leslie Feinberg sobre el período previo a Stonewall en una entrevista muchos años después. “No íbamos a aguantar más de esta mierda. Habíamos hecho tanto por otros movimientos. Ya era hora… Uno se cansa del abuso y la intimidación” [1].

Sylvia había huido de su hogar a los 11 años en 1961, encontrando una vida con drag queens y trabajadoras y trabajadores sexuales en la calle, el único lugar donde tenía la libertad de explorar su identidad de género. Marsha, unos seis años mayor que Sylvia, se convirtió en su mentora y protectora, enseñándole cómo sobrevivir en un mundo brutalmente transfóbico donde incluso usar la ropa “incorrecta” para el género asignado al nacer era un crimen. Marsha había venido a Nueva York antes de salir del clóset y les ocultó su identidad a sus padres hasta que se graduó de la escuela secundaria.

Antes del Levantamiento de Stonewall, los grupos de gais, lesbianas y personas transgénero (que en ese momento se referían a sí mismos como travestis o transexuales) generalmente luchaban por la inclusión de una forma aislada y separada; y uno de los aspectos más transformadores del levantamiento fue unir a muchos de estos grupos bajo una causa común.

Una nueva política surge de la Rebelión de Stonewall

Stonewall sacudió a los grupos de defensa de derechos gay existentes, como la Mattachine Society, que buscaba la aceptación de las personas homosexuales al presentarles como figuras inofensivas que no presentaban ninguna amenaza a la sociedad heterosexual. Los ladrillos lanzados por las ventanas y las personas trans de clase trabajadora que se peleaban con la policía en la calle no le cayó bien a esa gente, y los miembros de mentalidad más radical, incluido el fundador comunista de Mattachine, Harry Hay, pronto se dividieron para formar el Gay Liberation Front (GLF), un grupo anticapitalista cuyo nombre fue en honor a los Frentes de Liberación Nacional en Vietnam y Argelia.

“¡Suave, débil y sensible!… Ese es el papel que la sociedad ha estado obligando a estas reinas a desempeñar”, dijo el futuro cofundador de GLF, Jim Fouratt, en una turbulenta reunión de Mattachine en Nueva York una semana después de Stonewall. “Tenemos que radicalizarnos. Sentir orgullo por quienes somos… y si se necesitan disturbios o incluso armas para mostrarles lo que somos, bueno, ¡ese es el único idioma que entienden los pueros” [2]!

GLF reunió no solo a gais, lesbianas y personas transgénero, sino también a marxistas, activistas antiguerra y feministas radicales, y se alió con el Partido de las Pantera Negra. Sin embargo, la Alianza de Gay Activist Alliance (GAA) pronto se separó de GLF para centrarse una vez más exclusivamente en ganar los derechos de las personas homosexuales, adoptando un estilo directo utilizando tácticas de acción directa como “zaps” –acciones dirigidas a funcionarios e instituciones en las que activistas sorprendían a funcionarios en público y les exigían que apoyaran la igualdad de derechos para las personas LGBTQ o los cuestionaban por tener prácticas antigay.

Marsha fue una de las cofundadoras de GLF y Sylvia pronto se unió a GLF y GAA. Las dos se convirtieron en sus activistas más energéticas. Sin embargo, el historiador Martin Duberman describió cómo ellas y otras personas trans y no blancas no siempre fueron bienvenidas:

“El ser transgresor de una reina callejera hispana produjo una alarma automática: Sylvia era del grupo étnico equivocado, del lado equivocado de las vías, vestía la ropa equivocada, logrando por sí sola y encarnar varias categorías aterradoras y superpuestas de Otredad. Por su mera presencia, era probable que invadiera alguna escritura blanca codificada de clase media, y podía contar con que la trataran con condescendencia cuando no la excluyeran de modo sumario. Cuando la gente no evitaba su piel oscura o se reía de su inglés apasionado y fracturado, deploraba su rudo anarquismo como enemigo del orden o denunciaba sus modales afeminados como ofensivos a la femineidad. La capacidad de Sylvia para representarse a sí misma en una forma poco convencional le permitió tener una vida, pero también la convirtió en una afrenta inquietante para quienes habitan formas estandarizadas” [3].

Según Duberman, Sylvia fue desafiada por su género por algunas de las mujeres cisgénero en GAA, quienes afirmaron que tenía “privilegios masculinos” y que estaba “copiando y presumiendo de algunos de los peores aspectos de la opresión femenina”. Esta tensión explotó al año siguiente durante un enfrentamiento en la universidad privada de élite Nueva York University (NYU), cuyo campus de Greenwich Village se encuentra a solo un par de cuadras del Stonewall Inn.

“No vamos a correr más:” La ocupación de la NYU

El 28 de junio de 1970, el primer aniversario del Levantamiento de Stonewall, la GAA organizó un baile gay en el sótano de la residencia universitaria Weinstein Hall en el campus de NYU junto con el grupo estudiantil Gay Student Liberation. El gran éxito del evento dio lugar a bailes posteriores todos los viernes por la noche, pero la administración de la universidad pronto prohibió los bailes. En respuesta, los grupos de activistas se unieron a GLF para lanzar una ocupación de protesta de Weinstein Hall en septiembre.

Durante la ocupación abierta de cinco días, que estuvo dirigida por Marsha, Sylvia y otras personas trans, los grupos activistas organizaron seminarios sobre la liberación gay y eventos masivos de divulgación en todo el campus y la ciudad. La ocupación recibió un amplio apoyo del cuerpo estudiantil cuando la administración de la universidad trató de expulsarles.

El 25 de septiembre, el escuadrón táctico de la Policía de Nueva York llegó y amenazó con redar el salón unas horas antes de que comenzara otro baile. Si bien la mayoría de las y los activistas decidieron irse, muchos de las y los líderes trans se quedaron y finalmente fueron sacadas a rastras por la policía. En una turbulenta respuesta al evento, condenaron las acciones de las y los activistas que se fueron como una traición, y su polémica fue también el documento fundacional del grupo Street Transvestites for Gay Power, que se enfocaría en elevar la causa de las personas homosexuales y trans de clase trabajadora. Sin embargo, su nombre pronto cambió a Street Transvestite Action Revolutionaries (STAR).

“La pregunta es, ¿queremos Poder Gay o Poder Puerco”, escribieron:

“Si quieren el poder gay, tendrán que luchar por él. Y tendrán que luchar hasta ganar. Porque una vez que empiecen no podrán parar porque así se pierda todo. No solo perderán esta pelea, sino todas las otras peleas en todo el país… todo por lo que peleamos en Weinstein Hall se perdió cuando nos fuimos a pedido de los puercos… Ustedes corren si quieren, pero no vamos a correr más. Vamos a luchar por nuestros derechos hasta que los consigamos”. [4]

La formación de STAR

Sylvia y Marsha no abandonaron GAA y GLF, sino que dirigieron su atención hacia la expansión de las redes ad hoc de asistencia mutua establecidas durante mucho tiempo entre las personas sin hogar y otras personas trans de la clase trabajadora con fines de asistir en su supervivencia.

“STAR era para la gente gay de la calle, las personas sin hogar y cualquiera que necesitara ayuda en ese momento”, le dijo Sylvia a Feinberg. “Marsha y yo siempre metíamos gente a escondidas en nuestras habitaciones de hotel. Marsha y yo decidimos conseguir un edificio. Tratábamos de escapar del control de la mafia en los bares” [5].

“Sylvia Lee Rivera merece todo el crédito por STAR”, juró Marsha en una entrevista posterior. “yo tan solo era una de las reinas detrás de ella, como la vicepresidenta de STAR. Sabía exactamente de lo que estaba hablando. Ella estaba hablando de ‘nadie está representando a las personas travestis’, ¿entiendes?”

“STAR fue parte de la revolución del pueblo y era hora de que le mostráramos al mundo que somos seres humanos”, dijo Sylvia [6].

El grupo, que inicialmente operaba desde un remolque que parecía abandonado en un estacionamiento de Greenwich Village, alimentó y vistió a decenas de jóvenes. Pero cuando el tráiler se fue una mañana –con no menos de 20 de quienes Sylvia llamó las “STAR House Kids” en la parte de atrás, se mudaron al departamento de Marsha en la calle East 2nd y Marsha y Sylvia pagaron el alquiler ellas mismas para que más jóvenes no tuvieran que mendigar o hacer trabajo sexual. Organizaron reuniones comunitarias y clases de educación política para la comunidad gay y trans todos los viernes por la noche, y ofrecieron apoyo a las personas LGBTQ que eran arrestadas, ya que muchas de ellas pasaban largos períodos en la cárcel debido a la falta de fondos para pagar fianzas o multas.

“STAR es un grupo muy revolucionario”, le dijo Marsha al periodista y revolucionario gay Allen Young. “Creemos en tomar el arma, iniciar una revolución si es necesario. Nuestro objetivo principal es ver a las personas homosexuales liberadas con derechos libres e iguales a otras personas en los Estados Unidos” [7].

Sin embargo, STAR recibió poca ayuda de GAA u otros grupos homosexuales, quienes pensaron que se vería mal ayudar a financiar un colectivo de trabajadores sexuales y jóvenes trans sin hogares estables, muchos de los cuales también eran usuarios de droga. En cambio, STAR recaudó fondos no solo realizando bailes benéficos y solicitando donaciones, sino también reuniendo los fondos que generaba su trabajo callejero.

Poco después de formarse, STAR pronto se afilió al partido Young Lords, un partido revolucionario socialista puertorriqueño que luchaba por la liberación de Puerto Rico del colonialismo estadounidense, y cuyas críticas marxistas al patriarcado capitalista los llevaron a defender la causa de la liberación de las mujeres y de la comunidad LGBTQ.

STAR y los Young Lords

Como Sylvia era venezolana y puertorriqueña, y Marsha era negra, el dúo naturalmente buscó inspiración en los revolucionarios del Tercer Mundo. Según Sylvia, STAR se unió por primera vez a los Young Lords en una manifestación contra la represión policial en East Harlem en el otoño de 1970, unos meses después de los eventos en NYU.

Como dijo Sylvia más tarde: “Terminé conociendo a uno de los Young Lords ese día. Me uní al partido. Cada vez que necesitaban ayuda, siempre estaba ahí para los Young Lords. Era simplemente el respeto que nos daban como seres humanos. Nos dieron mucho respeto. Fue una sensación fabulosa para mí ser quien soy —ser parte de los Young Lords como drag queen— y mi organización que mi organización fuera parte de los Young Lords” [8].

El año siguiente, Sylvia conoció al cofundador del Partido Pantera Negra, Huey P. Newton. “Huey decidió que éramos parte de la revolución, que éramos gente revolucionaria”, recordó [9]. De hecho, Newton había pedido recientemente la inclusión total de los movimientos de liberación gay y de liberación de la mujer en la lucha del Partido Pantera Negra contra el capitalismo.

“No hay nada que dice que una persona homosexual no puede ser también una persona revolucionaria. Y tal vez ahora estoy inyectando algo de mi prejuicio al decir que ‘incluso una persona homosexual puede ser una persona revolucionaria’. Todo lo contrario, tal vez una persona homosexual podría ser la persona más revolucionaria”, dijo Newton [10].

Las personas trans de STAR encontraron un hogar con los Young Lords porque los puntos de vista progresistas de los Lords sobre la opresión de las mujeres identificaron la opresión LGBTQ como parte de la misma dinámica. Formaron un caucus especial de mujeres y luego un caucus de lesbianas y gais para aumentar y elevar estas luchas.

El Ministro de Información de los Young Lords, Pablo “Yoruba” Guzmán, criticó duramente las actitudes patriarcales que degradaban a las mujeres y a las personas LGBTQ, escribiendo en el periódico del partido, Pa’lante en 1970, que abrazar a las mujeres y a las personas LGBTQ y sus luchas significa “realmente completar una persona”. Guzmán escribió:

“Ser gay no es un problema, el problema es que la gente no entiende lo que significa gay. Hay una división biológica del sexo, ¿verdad? Sin embargo, esta sociedad ha creado una división falsa basada en algo llamado género. El género es una idea falsa, porque el género tan solo es rasgos que se han atribuido a través de los años a un hombre o una mujer. Por ejemplo, se supone que el hombre es fuerte, noble, fuerte, peludo, rudo, y la mujer se supone que es liviana, tierna, bonita, frágil, llorona y débil… Como históricamente la sociedad le ha asignado ciertos rasgos a las personas, en realidad nos hemos desarrollado como medias personas, medio reales. Estamos diciendo que, para ser totalmente real, también sería saludable para un hombre, si quisiera llorar, que llore. También sería sano que una mujer empuñara el arma, que usara el arma” [11].

Ese artículo se tituló “Revolution Within the Revolution” (Revolución dentro de la revolución), después de la masiva ofensiva cultural lanzada en la Cuba socialista que desafiaba y derrocaba las actitudes patriarcales como parte de la continuación de la revolución. Hoy, la “revolución dentro de la revolución” de Cuba ha creado el Centro Nacional de Educación Sexual de Cuba (CENESEX), y Cuba se ha convertido en un líder en derechos y protecciones LGBTQ, mientras que la igualdad de género en el desempeño de las tareas domésticas está escrita en la constitución cubana.

El fin de STAR

Lamentablemente, STAR no duró mucho. Solo tres años después, el grupo se desmoronó en medio de una desastrosa pérdida de solidaridad comunitaria en 1973 en el Día de la Liberación de Christopher Street, la primera articulación de lo que luego se convirtió en la Marcha del Orgullo Gay, afuera del Stonewall Inn.

Cuando Sylvia tuvo que subir al escenario a la fuerza después de ser bloqueada por varios administradores transfóbicos y luego fue abucheada por la multitud, pronunció un discurso turbulento denunciando a los “hombres y mujeres que pertenecen a un club blanco de la clase media blanca” por abandonar a las personas trans y por ignorar los esfuerzos de STAR no solo para apoyar a las personas LGBTQ sin hogar, sino también para brindarles apoyo y recursos críticos para las personas LGBTQ en la cárcel.

“He estado tratando de subir aquí todo el día por sus hermanos y hermanas homosexuales en la cárcel que me escriben cada maldita semana y piden su ayuda y ustedes no hacen nada … Nos escriben [a] STAR porque estamos tratando de ayudarles… La gente está tratando de hacer algo por todas y todos, y no por hombres y mujeres que pertenecen a un club blanco de clase media blanca. ¡Y eso es a lo que ustedes pertenecen” [12]!

Los últimos años de lucha de Marsha y Sylvia

Sylvia se tomó la traición de manera muy personal y luego intentó suicidarse, abandonando la política hasta la década de 1990. Sin embargo, Marsha permaneció políticamente activa y continuó organizando manifestaciones del Orgullo Gay. Después de descubrir que era seropositiva, Marsha comenzó a organizarse con la Gay & Lesbian Alliance Against Defamation (GLAAD) en 1985 y la AIDS Coalition to Unleash Power (ACT UP) en 1987, que luchó contra las actitudes culturales anti-LGBTQ y contra un sistema médico intransigente que a muchas personas les parecía dispuesto a dejar que las personas LGBTQ murieran por complicaciones del SIDA y echarles la culpa.

Marsha murió en 1992, y aunque la policía de Nueva York se negó durante años a investigar su muerte, activistas trans e historiadores que investigan el asunto determinaron que probablemente la mafia la mató en represalia por sus esfuerzos por liberar las celebraciones del Orgullo Gay de su control. Sus esfuerzos se relatan en la película del 2017 The Death and Life of Marsha P. Johnson.

Sylvia volvió a entrar en la política poco antes de la muerte de Marsha, las dos ahora son veneradas en las celebraciones del Orgullo Gay como líderes del movimiento y se les otorga un lugar destacado en las manifestaciones. Sylvia incluso encabezó la refundación de STAR en el 2001, con la ‘T’ cambiada a Transgénero, ya que esa palabra había llegado a abarcar muchas identidades no conformes con el género, incluidas personas que anteriormente se llamaban a sí mismas travestis y transexuales.

En una de sus últimas entrevistas antes de su muerte en el 2002 de cáncer de hígado, Sylvia señaló que, a pesar de que ella y Marsha se convirtieron en íconos del Orgullo Gay, la comunidad trans en su conjunto, en ese momento, permaneció en una posición secundaria en la protesta.

“Pero hasta que a mi comunidad se le permita el respeto de marchar al frente, iré a marchar con mi comunidad porque ahí es donde me necesitan y ahí es donde pertenezco. Y sí, usaré mi faja grande que dice ‘Stonewall’. Y la gente preguntará. Y voy a decir por qué; porque aquí es donde el Patrimonio del Orgullo [el grupo que organiza la marcha] nos quiere mantener. Verás, no tiro ningún golpe. No tengo miedo de nombrar nombres. Usted jode a la comunidad transgénero y Street Transgender Action Revolutionaries estará en su puerta… La comunidad trans ha permitido, hemos permitido que la comunidad gay y lesbiana hable por nosotros. Los tiempos están cambiando. Nuestros ejércitos se están levantando y nos estamos volviendo más fuertes. Y cuando toquemos la puerta, sabrán que no jodes con la comunidad transgénero” [13].

Un legado para abrazar mientras seguimos en la lucha

Marsha y Sylvia dedicaron sus vidas a ganar no solo la igualdad de derechos para las personas trans dentro de una sociedad capitalista, sino también a lograr la liberación del sistema capitalista para todas las personas trabajadoras y oprimidas. Por su incansable entrega y la de tantas personas como ellas, nuestros movimientos han podido forjar una unidad de lucha que nos hace inmensamente más fuertes. En uno de sus discursos finales, Sylvia instó a que “hay que seguir luchando contra este gobierno porque este gobierno es el que nos va a tener en conflicto todo el tiempo” [14].

Cuando el presidente de los EE. UU., Donald Trump, asumió el cargo y empoderó a un nuevo cuadro de reaccionarios de derecha, abrieron una nueva ofensiva masiva contra la clase trabajadora y utilizaron los derechos de las personas trans para tratar de dividir a la clase trabajadora contra sí misma. Desde prohibir que las personas trans sirvan en las fuerzas armadas de los EE. UU. hasta la aprobación de “proyectos de ley sobre los baños” y el intento masivo de reescribir el lenguaje de los Departamentos de Educación, Justicia y Salud y Servicios Humanos de los EE. UU. para borrar por completo la existencia de las personas trans e intersexuales, el estado capitalista estadounidense ha tratado de revertir décadas de victorias ganadas por la comunidad LGBTQ.

Una nueva línea de ataque masivo ha sido los derechos de las niñas y los niños transgénero al criminalizar la atención médica que afirma el género para las niñas y los niños trans y buscar prohibir que las niñas y ,os niños trans compitan en deportes femeninos. Estos proyectos de ley crueles intentan posicionar la inclusión de mujeres trans como una violación de las protecciones contra la discriminación del Título IX de las mujeres cisgénero y harían que las personas sospechadas de ser trans demuestren su sexo asignado al nacer a través de registros corporales invasivos y el suministro de registros médicos a pedido.

Mientras tanto, la epidemia de violencia contra la comunidad trans ha continuado. Al momento de escribir este artículo, al menos 33 personas trans han sido asesinadas en los Estados Unidos en 2020, casi todas Afroamericanas, lo cual pone a 2020 en camino de ser el año más violento para las personas trans desde que comenzaron los registros. Al seguir el ejemplo de Marsha y Sylvia, nuestra lucha por el socialismo y la liberación no será engañada por sus intentos de dividirnos y debilitarnos.

En septiembre de 2019, el Partido por el Socialismo y la Liberación (PSL por sus siglas en inglés) se unió a unas 4000 personas trans y sus aliadas y aliados en la primera Marcha Nacional de Visibilidad Transgénero en Washington, una importante acción militante que exigía la aprobación de la Ley de Igualdad (Equality Act) y la defensa de la Ley del Cuidado de Salud a Bajo Precio (Affordable Care Act), que proporciona a las personas LGBTQ con la atención médica necesaria libre de discriminación por parte de médicos, farmacéuticos y profesionales de la salud médica y que la administración Trump ha tratado de revocar.

En medio de los históricos levantamientos de la comunidad negra contra el racismo y la brutalidad policial en junio de 2020, el PSL se unió a unas 15 000 personas en una protesta en Brooklyn, Nueva York, y una segunda en Boston, Massachusetts, contra los asesinatos de personas negras trans. La manifestación de Nueva York fue la más grande jamás realizada en defensa de las vidas trans.

Solo derrocando el sistema capitalista y las muchas formas de opresión en las que se basa y mantiene, y construyendo una sociedad socialista —donde las necesidades de las personas son lo primero— se  puede asegurar estas victorias para siempre y que las personas trans sean verdaderamente libres para llevar vidas seguras y gratificantes,  libres de la discriminación, los prejuicios y la violencia.

Referencias

[1] Sylvia Rivera, “I’m Glad I Was in the Stonewall Riot”, entrevista de Leslie Feinberg en Trans Liberation: Beyond Pink or Blue (Boston: Beacon, 1988), 95-112.
[2] Martin Duberman, Stonewall (New York: Plume, 1993), 211.
[3] Ibid., 235-6.
[4] “Street Transvestites for Gay Power: Statement on the NYU Occupation”, en Street Transvestite Action Revolutionaries: Survival, Revolt and Queer Antagonist Struggle (1970/2013).
[5] Rivera, “I’m Glad I Was in the Stonewall Riot”.
[6] Entrevistas de Marsha y Sylvia (2017), en The Death and Life of Marsha P. Johnson de David France [director]
[7] Marsha P. Johnson (2019). “Rapping With a Street Transvestite Revolutionary”, entrevista de Allen Young en The Stonewall Reader.
[8] Rivera, “I’m Glad I Was in the Stonewall Riot”.
[9] Ibid.
[10] Huey Newton, “The Women’s Liberation and Gay Liberation Movements”, in To Die for the People (San Francisco: City Lights, 2009).
[11] Pablo Guzman, “Revolution Within the Revolution”, en Palante: Young Lords Party, editado por Michael Abramson (New York: McGraw-Hill, 1971).
[12] Sylvia Rivera, “Y’all Better Quiet Down”, discurso durante Christopher Street Liberation Day, 1973.
[13] Sylvia Rivera, “Bitch on Wheels”, en Street Transvestite Action Revolutionaries: Survival, Revolt, and Queer Analysis Struggle, (ebook: Untorelli, 2001/2013), https://untorellipress.noblogs.org/files/2011/12/STAR.pdf. 
[14] Discurso sin fecha en Francia, The Death and Life of Marsha P. Johnson. Public Square Films, 2017. 1 hr., 45 min. https://www.netflix.com/title/80189623?source=35. 

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